miércoles, enero 11, 2006

Plegaria

Plegaria.

Te escribo una carta
Que no tiene destino.
Una carta escrita
sobre el borde blanco de la noche,
al dictado de tu nombre.

Escribo
Imitando una voz que no sale de mi voz.

Escribo con tu propia mano.

Toco así tu boca, desprevenida,
boca que habla en el sueño de mi boca.
Labio contra labio
Como dos húmedas verdades recién nacidas.

En la desnudez exacta de esta noche, te escribo
como creyente fiel: una oración,
una plegaria a la luz de esta lámpara.
Único testigo de este espacio confeso,
de esta hoja en blanco en que quizás estés.

No hay comentarios.: