miércoles, diciembre 22, 2004

Salamandreces

Que suerte la mía,
haber encontrado la mujer
que tanto había buscado,
que tanto había soñado,
en brazos de otro,
que también la había soñado.


Uno no siempre tiene la suerte de encontrar salamandras para sí.

1 comentario:

eme dijo...

sentarse y no bailar
antecede a la incorporeidad
de miradas secas y vacilantes.
sentarse y no tomar
me acaricia el recuerdo
de esa copa de tinto
a media luz y a media nada
sentarme y no aplaudir
precede al trago sólido y solo
que solo vos entendería.
por eso es mejor dormir, pararse y bailar.

/guardo silencio/