39 Al volver del patio, el niño Guy preguntó a Canek:- ¿Verdad que no hay frío, Jacinto?- Anoche sentí frío, niño Guy.- Pues yo desperté dos veces y sudaba. Al día siguiente. Al volver del corral, volvió a preguntar:- ¿Sentiste frío anoche, Jacinto?- Más que anoche, dormí sin cobijas y sudé a mares. Al día siguiente el venadito recién nacido durmió bajo las cobijas del niño Guy.
40 Desde que bajó el sol, el niño Guy salió al patio y se sentó en el brocal del pozo. Hablaba y esperaba que su voz cayera al fondo; entonces se complacía en oír el eco que volvía a él, húmedo como desleído en la sombra, como acariciado por la distancia. Canek decía que el niño Guy iba mejorando de salud. Las tías de Guy opinaban lo contrario.
41 Cuando Guy regresó del campo se dobló como espiga y se quedó dormido. Canek le acostó sobre la hierba; se sentó a su lado y veló su sueño. Bajo la sombra de sus manos, Canek sintió que descansaba. Sin hablarle, en la paz de sus ojos cerrados, leyó el mensaje bueno que vivía en su espíritu.
42 Guy no puede dormir. La noche es ácida y los vientos del sur caen pesados sobre la tierra calcinada mientras un polvo amarillo entenebrece los luceros. Guy no deja de toser. A veces sonríe apoyando su cabeza en las manos de Canek le cuenta cuentos viejos.
43 Apenas amaneció, el niño Guy pidió agua. Había pasado la noche con angustias y sudores. Canek tomó la jarra de agua serenada y se la dio. Guy bebió con ansia casi dolorosa. Después preguntó: Guy bebió con ansia casi dolorosa. Después preguntó:- ¿Por qué es tan buena el agua serenada, Jacinto?- Porque está llena de la luz de los luceros. Y la luz de los luceros es dulce.
44 -¿Es cierto, Jacinto, que los niños que se mueren se convierten en pájaros?- No sé, niño Guy.- ¿Es cierto, Jacinto, que los niños que se mueren se vuelven flores?- No sé, niño Guy.- ¿Es cierto, Jacinto, que los niños que se mueren van al cielo?- No sé, niño Guy.- Entonces, Jacinto, ¿dime qué les pasa a los niños que se mueren?- Los niños que se mueren, niño Guy, despiertan.
45 Amaneció muerto el niño Guy. Nadie le vio morir. Entre los pliegues de su hamaca parecía dormido. Tenía en los labios, pálidos, finísimos, una leve sonrisa también dormida. Canek, sin hacer ruido, en un rincón lloraba como un niño. La tía Charo se acercó le tocó el hombro y le dijo:- Jacinto, si no eres de la familia, ¿por qué lloras?
46 Canek recordó lo que Guy había escrito en la arena:Mamá: quisiera ser el huésped de tus ojos.
47 La muerte de Guy y la desaparición de Exa han entristecido el corazón de Canek. Le brilla una lumbre negra en los ojos. Sentado en el pretil de la noria pasa las horas. Junto a él tiene un cayado que no necesita. A veces se levanta y pasea por la acequia. Es como si ensayara un viaje. A veces habla. Es como si ensayara una oración. A veces alza los brazos. Es como si mandara.
2 comentarios:
bajo la sombra de su mano.. que linda frase!!
espero estés bien muchachito...
cambios repentinos hay ahora.. pero pos con temple y entereza todo se´puede.. que no?
saludos
cuidate
(gracias por estar)
👍
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